Niña mala

14 06 2008

Te vi, sabías que no quería algo serio, que quería caminar por Madrid y llegar a Basadre mirando las estrellas, besarte en medio de la niebla y desaparecer con el alba. Insistes en llamarme y sabes que ya alcé vuelo a los brazos de Morfeo.

Te apago el celular, eso de «tu y yo» jamás pasará, el «nosotros» es utópico y el mañana en tu cama no está contemplado en mis planes. Te besé, te dije que era una apuesta con unas amigas, chicas a las que fingí conocer solo para pasar la noche, esa noche contigo.

Fue divertido, solo quería caminar con alguien, pasar un rato agradable, enamorarme de las tonterías que decías, saber que aunque sería pasajero lo disfrutaría por que solo quería eso, un sueño, una esperanza. Me la devolviste y cual peregrino salí de tu casa para partir hacia ese mundo en donde las noches son lúdicas y el sueño huele a alcohol.

Mi teléfono no deja de sonar, sigues llamándome como si tuviera alguna respuesta para ti, me preguntaste si escribiría sobre ti, y qué puedo decirte, no pude cumplir mi promesa. Esas 6 horas fueron increíbles y aunque solo nos besamos una vez, sabes bien que a mis 23 no estoy para jugar a ser la primera novia de un chico de diecisiete.